Libros para un confinamiento (VI)

CUANDO LA REALIDAD SE VUELVE CIENCIA FICCIÓN

 

«Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia», dijo Arthur C. Clarke en cierta ocasión. Y, si uno lo piensa, el hombre llevaba razón. En esta santa casa tenemos a un doctor en biología molecular —aprovecha cualquier ocasión para mencionarlo— que incluyó esta cita en su tesis y que todavía está esperando que se materialice el gran sueño recurrente de la ciencia ficción: los automóviles voladores. La humanidad ha alcanzado cotas de progreso impensables hace solo unas pocas décadas, ha desarrollado inventos que ni el más especulativo de los escritores de ciencia ficción de los años cincuenta y sesenta habría soñado… y seguimos sin lograr que los automóviles se despeguen un metro del suelo. Algo estamos haciendo mal. Que una especie de gripe esté colapsando al Homo sapiens a nivel planetario tampoco dice mucho de sus capacidades, pero, por otro lado, nos acerca a esos muchos futuros postapocalípticos que tanto hemos disfrutado, y de los que tan poco hemos aprendido. Los que van de Blade Runner Mad Max, de La carretera a El día de los trífidos, de El Eternauta a Akira, de Oxygene a Snowflakes Are Danzing, de niña a mujer, de perdidos al río.

Nosotros también hemos publicado ciencia ficción, una ciencia ficción que les devolverá la ilusión de los automóviles voladores y de un futuro mejor. Bueno, quizá no mejor, mejor, pero al menos más futuro y, definitivamente, más allá de las cuatro paredes de sus casas de ustedes. Que, por otro lado, están dejando como los chorros del oro (no olviden regar las plantas). Pero vamos ya con nuestras propuestas para esos fellow sci-fi fans. Dentro vídeo.

Por ejemplo, Paciencia, la última novela gráfica de Daniel Clowes, un tour de force del autor, su obra más larga y en la que da rienda suelta a su amor por la serie B en dos o tres de sus formas más puras: la ciencia ficción, el noir y el terror. De terror no hay mucho, la verdad, pero de lo otro encontrarán toneladas, y muy bien traídas y llevadas. Crimen, investigación, tipos duros, personajes atormentados, frases cortantes a lo Raymond Chandler y, también, viajes en el tiempo, tecnología del futuro, ropa ridícula. Clowes es un maestro, y Paciencia, una masterclass que les hará perder la noción del tiempo.

También es verdad que el librón de Clowes, aunque esperanzador en su conjunto, contiene momentos harto amargos que tal vez no sean lo que ustedes necesitan ahora mismo. No penen, siempre les quedará Vidas paralelas, de Olivier Schrauwen, que parece un cómic de ciencia ficción canónica, un poco como Los mundos de Edena de Moebius y hasta con su puntito de Erich von Däniken, pero con las suficientes dosis de estupor (ese reírse de estar vivos, un humor condensado y proteico como una píldora de alimento liofilizado) y de autoficción (con perdón) como para erigirse en una especie de cumbre insospechada. Otra más al saco. Schrauwen es uno de los mejores dibujantes de tebeos del presente, y sin duda uno de los más adelantados. Es de rigor, por eso, dar gracias a los «antiguos astronautas» por que alguien como él haya decidido dejar su huella en este género que tanto amamos, y por que lo haya hecho con esa fina ironía que lo caracteriza y que cumple la máxima de la ciencia ficción de qualité: «hablando del futuro, habla del presente».

Hay una tercera vía para representar el futuro que no pasa por la serie B ni por la ironía (aunque tome elementos de ambas), y es el entretenimiento puro y duro, la aventura tal y como la entendíamos cuando leíamos Huckleberry Finn, y esa es la vía que explora Jaime Hernandez en Rocky. El autor de Locas, el culebrón más importante —y mejor— del cómic de las últimas décadas también ha visitado el futuro, y lo ha hecho con humor y alegría. Hágannos caso y échenle un ojo a este tebeo, porque no existe en ninguna otra parte del planeta una compilación similar de las aventuras de la intrépida Rocky y su robot Patoso. Quizá por eso pasase un poco desapercibido en su día entre nosotros, por aquello de «que inventen ellos».

Así que nada, hagan cuentas: Clowes, Schrauwen, Hernandez. Menudo trío de ases. Menuda juerga. Menuda odisea. Y sin salir de casa.

Otros encuentros en la tercera fase:

Días más largos que longanizas, de Gabriel Corbera (cómic)
El libro del futuro, de Tu yo del futuro y María Ramos (libro de actividades)
Helios, de Étienne Chaize (álbum ilustrado)
Pudridero 1 y 2, de Johnny Ryan (cómic)
Sirio, de Martín López Lam (cómic)
Squeak the mouse, de Massimo Mattioli (cómic)
Tagurpidi, de Priit Pärn (cómic)

11/04/2020
Fulgencio Pimentel