

Una bruja de piel verde, larga nariz y sombrero puntiagudo llamada Megg; su novio / gato, Mogg; un búho gigante neurótico y que intenta comportarse de forma responsable, Búho; un hombre lobo depravado, broncas y pasadísimo de rosca, Werewolf Jones. Esos son los principales personajes de « Megg y Mogg», la serie de cómics que ha convertido a Simon Hanselmann (Launceston, Tasmania, Australia, 1982) en un autor de culto en medio mundo. Una especie de «sitcom» extrema llena de sexo (mucho y variado), drogas (todas las que se les ocurran) y episodios de profundísima depresión. La editorial Fulgencio Pimentel acaba de publicar esta misma semana « El mal camino», quinto tomo de la serie –tras «Hechizo total», «Bahía de San Búho», «Hail Satan!» y «Melancolía»– y ha aprovechado para traerle a España a presentarlo, firmar en la Feria del Libro y hasta ser entrevistado en televisión.
Hanselmann nos recibe un viernes por la mañana en el último piso de un edificio de Malasaña. Pese a que todo el mundo sospecha que las historias que cuenta tienen mucho de autobiográfico, no parece estar con resaca, sino muy despierto y centrado. Tampoco se ha travestido, algo muy habitual en sus apariciones públicas (en las que suele aparecer con una larga peluca pelirroja que recuerda mucho a la melena de Megg), pero lleva una camiseta en la que se lee «Sólo pienso en muerte y masturbación». Buen comienzo. Se le ve con ganas de charlar y dar una buena entrevista.