El autor, de 42 años, se inspiró en la relación de sus padres para contar la de Seymour, un judío nacido en Irak, y su mujer, Ida, hija de supervivientes del Holocausto, criada en Nueva Zelanda: “Aunque mis padres no acabaron juntos, su relación fue uno de los desencadenantes del argumento. Solía escuchar a mi padre contar cómo llegó a Los Ángeles sin dinero, habiendo pasado por Israel y Australia. Me di cuenta de que hablaba mucho sobre su carrera, pero conforme esa faceta de su vida mejoraba, menos hablaba sobre su vida personal, que empezó a decaer. Pensé que había una dicotomía interesante en cómo un aspecto de tu vida puede destacar mientras el otro se marchita”…
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09/05/2023
El País