Quizá sea la sospecha de que nos hallamos en los albores del tecnofeudalismo la que lleva un tiempo provocando un renovado interés por clásicos de la literatura medieval. Al fin y al cabo, pocas épocas han marcado tan claro el significado e implicaciones del poder dominante y la polarización entre las clases dirigentes. Puede, igualmente, que la insoportable aceleración constante del presente en este siglo XXI que ha dejado de ser futuro de ficción para tornarse en aquí y ahora inspire a muchos a refugiarse en eras pretecnológicas. Lo cierto es que, a fuerza de ser testigos de cómo se ha remezclado, revivido y reinventado la cultura popular de la segunda mitad del siglo XX, se recibe como aire fresco que se vuelvan a traer a la palestra formatos narrativos pretéritos…