El barrio del incienso
Exponente fundamental de la «novela del yo», Chotaro Kawasaki es uno de los escritores más personales del siglo XX nipón. Autor involuntariamente periférico, a finales de los años treinta, Kawasaki se vio obligado a abandonar la vanguardia de corte anarquista que había practicado hasta entonces y se exilió de las avenidas principales de la literatura de su país. Se recluyó entonces en una chabola de la pequeña ciudad portuaria de Odawara, donde escribió la práctica totalidad de su obra, sirviéndose de una caja de mandarinas como escritorio. Extrañamente vigente y jovial para el lector contemporáneo, Kawasaki celebra con estupor y dedicadamente la morosa verdad de una vida insignificante a sus propios ojos. En sus páginas, dedicadas a desnudar sus intrincadas y casi siempre amargas relaciones con el breve mundo que lo rodea, rememora el fallecimiento de sus padres, constata su propia decrepitud física y relata sus paseos, su absurda experiencia de la guerra, sus escasos quehaceres, sus amores fugaces y, muy especialmente, sus relaciones con las geishas que habitan el «barrio del placer» de su pequeña ciudad provinciana. Celebrado por sus contemporáneos tanto como por las generaciones recientes de narradores japoneses, Kawasaki había permanecido hasta ahora inédito fuera de su país, circunstancia que viene a reparar este libro, que se quiere presentación del autor y panóramica de más de medio siglo de escritura. El premio Nobel Kenzaburo Oé comentó en una ocasión que Chotaro Kawasaki hacía algo imposible para los demás: regresar una y otra vez a un mismo suceso, añadiendo en cada una de las aproximaciones un mayor encanto a la historia, un nuevo brillo, una frescura recuperada. Cada relato de Kawasaki va calando hondamente en el lector, de forma casi imperceptible, permitiéndonos asistir a uno de esos escasos fenómenos en los que la vida y la obra del autor son una única cosa.