Los Bravú

Cuando tienen que renovar sus pasaportes son Dea Gómez (Salamanca, 1989) y Diego Omil (Pontevedra, 1988), pero cuando se manchan las manos de pintura y grafito se convierten en Los Bravú, la bestia de dos espaldas. Coincidieron en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca y se especializaron en pintura, aunque llevaban ya toda una vida en contacto con el arte y dejando su impronta en los manteles de cualquier restaurante que los admitiese como clientes. En la primavera de 2012 se produjo la metamorfosis que los llevó a convertirse en Los Bravú y, en sus propias palabras, “investigar los valores propios del cómic, poniendo de relieve que es un medio de expresión artística autónomo, que es la soplapollez que se lleva diciendo desde hace más de un siglo en el mundo del arte pero que no deja de ser una verdad como un templo”. Los Bravú fusionan el cómic con la pintura, pero también les gusta sumergirse en la escultura y la ilustración, y en las distintas disciplinas practicadas han sido galardonados con varios premios de relumbrón. Dentro de Fantasías extraordinarias (Ultrarradio, 2013) deslizaron algunas hermosas páginas, participaron en la iniciativa online Tik Tok Comics con Flor de entremeses y por su cuenta y riesgo autoeditaron Un tebeo abstracto en blanco y negro y Te deseo que nunca te falte el sentido del humor y siempre te rías mucho. En noviembre de 2013, Introducción, nudo y desenlace fue su primera monografía con ISBN, a la que siguió seis meses después Toreromaus y una extensa colaboración en la antología Terry, todo ello en esta santa casa. En 2015 publicaron La Furia en Apa Apa, y en 2016 volvieron a Fulgencio Pimentel con Mujer!. Todo esto les pone el corazón suavito.